HOTEL RADISSON COLLECTION GRAN VÍA BILBAO

La luz llega a Bilbao a ritmo de Art Decó

Una ecléctica mezcla entre Art Decó y aires japoneses es lo que ha inspirado a Daar Arquitectura para convertir el Hotel Radisson Collection Gran Vía Bilbao en mucho más que un alojamiento: un espacio cálido y agradable donde disfrutar de toda la luz que no alcanza las calles de la ciudad. 

Por Gala Mora

Bilbao es una ciudad viva, de gente que sale a la calle y disfruta de la gastronomía, de museos y terrazas, de bullicio y agua, punto de encuentro de turistas que buscan una ciudad con identidad propia que combina lo mejor de cada casa. Por todos es sabido que no es la ciudad más luminosa del mundo, y que ha pasado, quizá en los últimos 30 años, por una transformación arquitectónica única. Por eso no es de extrañar que el Hotel Radisson Collection Gran Vía haya querido recoger ese testigo de avance y eclecticismo que ahora envuelve la ciudad, de la mano del estudio Daar Arquitectura.

Vista lateral del hotel

De entrada, el edificio donde se encuentra ubicado es, en sí mismo, toda una declaración de intenciones. “Se trata de un inmueble construido originalmente como sede del Banco Hispano Americano en 1945, es un estilo neoclásico. Contrastando con este estilo y con las referencias que en la misma época se desarrollaban en la ciudad, el proyecto toma como punto de partida el estilo Art Decó encontrado en edificios relevantes de Bilbao de la misma época, buscando intencionadamente ese contraste entre estilos. La idea protagonista del proyecto basada en un renovado Art Decó actualizado al siglo XXI está ambientada en ese Bilbao que ha evolucionado a nivel urbano, arquitectónico y por tanto turístico, en los últimos 50 años”, cuentan desde el propio estudio.

Fachada del edificio que aloja el hotel

La poca luz que suele haber en la ciudad ha hecho que uno de los objetivos del proyecto fuera dotar a todos los espacios del hotel de una iluminación muy cuidada y trabajada. Los reflejos dorados de los rayos de luz que inspiran el estilo Art Decó, junto con el azul de los fluidos acuáticos, se asemejan a todos los monumentos arquitectónicos que se erigen entre las calles, llenos de vida, gastronomía y belleza de Bilbao. “Los rayos dorados Art Decó se convierten en materia, la luz y sus reflejos como un elemento arquitectónico más, consiguen crear espacios cálidos y acogedores”, según el estudio.

Vista de la recepción

Así, por ejemplo, la barandilla de la escalera se resuelve de una forma compacta en dorado y con una doble iluminación a ras de suelo y de luminarias suspendidas. O en la entrada, diferentes puntos de luz juegan con las formas geométricas de techos o suelos provocando un efecto multiplicador de la experiencia. Porque, si algo queda claro en este proyecto es que aunque cada zona del hotel está diseñada según su uso, los materiales y la luz dan continuidad a los espacios y al conjunto del edificio.

Vista del lobby

Se eligen materiales nobles como la madera de nogal y el mármol negro marquina de origen local, combinado principalmente con pequeños toques de latón cepillado característico del estilo Art Decó, lo que da al espacio la iluminación, singularidad y exclusividad que caracteriza al hotel. Se trata de un proyecto con numerosos usos comunes desarrollado en un espacio reducido y con la condición de hacerlo en un edificio rehabilitado. Cabe destacar que el restaurante ubicado en la azotea del edificio se construye con una cubierta totalmente transparente, y cuenta con una espectacular terraza abierta a la ciudad y sus visitantes.

Restaurante de la azotea

Un cierto aire japonés o de inspiración oriental recorre los pasillos y se ejecuta en algunos elementos muy seleccionados del hotel. Esto es percibe, por ejemplo, en los panelados de madera que encontramos en la zona del spa, la piscina o pasillos, en la combinación de blanco y madera en los techos de las salas de reuniones, o incluso la forma en que se completa la extensión del restaurante superior hacia el exterior de la terraza.

Vista del pasillo de una de las plantas

En las habitaciones se da continuidad a los rayos dorados estilo Art Decó para crear diversas formas: así, se genera una agradable sensación en contraposición al mobiliario de tonos azules y paredes blancas, a la vez que se combinan con elementos selectos como cuadros y espejos que siguen la misma línea estética que el resto de espacios del hotel.

Todos estos detalles, sin duda, convierten el Radisson Collection Gran Vía Bilbao en un despliegue de estilo y elegancia en la ciudad: otro atractivo más para visitarla.

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