Ubicado en el casco antiguo de Brera, este nuevo diseño para la cadena de hamburgueserías tiene como objetivo incorporar un aspecto más sofisticado al estilo elegante por el que Bun suele ser conocido. Otra diferencia con los interiores anteriores es el uso de cuatro colores. Esta vez, sin embargo, la paleta de colores es más madura para adaptarse al distrito histórico donde se encuentra el nuevo restaurante. El espacio también presenta otros elementos utilizados en el interior de Bun, como un arco con taburetes de bar y su famoso mobiliario e iluminación.
El espacio, inicialmente poco atractivo en la parte trasera del local, se abrió al público y se transformó en una nueva versión del concepto de piscina. En este caso se ha creado como una sala de descubrimiento con un efecto espejo que recrea la sensación de estar rodeado de olas. Al usar plantas secas, se le dio al espacio una sensación más innovadora que también encajaba perfectamente con el aspecto más maduro del proyecto.