La reforma del hall, lobby, recepción y bar, del Gran Hotel Havana Barcelona consistió en actualizar el diseño original realizado en los años 90. Sin modificar la peculiar geometría de la arquitectura del patio central que preside el hall, el principal objetivo ha sido filtrar los diversos usos y circulaciones que cualquier zona común de un hotel alberga habitualmente en su programa más intrínseco: la llegada a recepción, la descarga de maletas, el desplazamiento hasta el núcleo de ascensores para subir a la habitación, el uso de la cafetería, etc…. A estos, se añade el uso propio y más característico de este céntrico hotel, que es la celebración de conciertos de jazz y piano en el hall.
Estos filtros se disponen alrededor del patio central de manera estratégica y a partir de un único elemento, una lama vertical en madera de roble. Ésta se dispone de manera perpendicular al hueco central, y rotando a medida que se desplaza a lo largo de la forma sinuosa del patio. La disposición escogida de las lamas hace que el cliente sentado en las butacas del bar, situadas en el patio central, tenga filtrada la llegada de nuevos huéspedes a la recepción así como el tránsito hacia los ascensores. Se trata de un filtro cambiante, que a medida que el cliente se mueve por el hall, va permitiendo la visión cuando es frontal y tamizándola cuando se trata de una vista en escorzo. Este mismo elemento es el que hace de fondo de escenario al pianista que preside siempre el hall.
En el proceso de diseño de los espacios, se amplía la capacidad de aforo en el espacio perimetral del patio aprovechando el desnivel de 40 cm para conformar unos bancos corridos siguiendo la forma curvilínea existente del patio, sustituyendo las barandillas previas de acero por un respaldo de roble que sirve de base de apoyo para los bancos. En la nueva reforma se actualizan tanto materiales como mobiliario, fijo y móvil; El color verde que predominaba en la planta baja del hotel, queda sustituido por un color piedra mediante un estuco de aspecto uniforme, acompañado del color a tono para la pintura de los techos. Sólo se mantiene el verde en el mármol del pavimento, siendo de perfecta calidad y de estado inmejorable, dejándolo como material de la época anterior.
En el patio central se sitúan las piezas de asiento, formando siete grupos de cuatro butacas; sobre las mesas circulares, alrededor de las cuales giran las butacas, se sitúan las pantallas de las lámparas de pie que acompañan cada grupo. Estas lámparas hacen de cobijo del gran vacío que existe sobre ellas, el vacío de 6 plantas que adquiere el patio central. La neutralidad de los colores piedras de paredes y techos, continúa en el tapizado de las butacas y en la moqueta utilizada para pavimentar la forma curvilínea proyectada del patio en el suelo. Neutralidad que contrasta con la madera de roble oscura usada en las lamas, mesas de centro y respaldos de bancos, junto con piezas de metalistería pintadas en tono café y las lámparas de pie de color negro.