Hotel ubicado en Technopark, una zona postindustrial de Zúrich, con edificios de grandes dimensiones que conviven con parques y áreas de recreo donde los transeúntes se sientan a comer o a jugar con los niños. Es una zona industrial invadida por la naturaleza, donde los individuos perciben y disfrutan el espacio como parte de su vida diaria. Ese contraste de escalas tan singular y propio de esta zona es el hilo conductor del proyecto para las zonas comunes del hotel.
La idea fue crear una atmósfera acogedora y al mismo tiempo impactante en el interior, en un lobby que sirviera de escenario para unir a los usuarios para compartir experiencias analógicas. La entrada principal, con un techo de gran altura, permitió recrear este entorno mezclando grandes volúmenes con pequeñas zonas de unión. Nuevas y diferentes tipologías de asientos, como el llamativo graderío conviven con zonas lounge más tradicionales, encajando de manera armónica gracias a una paleta de color fuerte y alegre, combinada con materiales funcionales y sostenibles.
Inspirada por el gran depósito de agua del vecindario, la barra central surgió como consecuencia del concepto que se quería transmitir. Un volumen de gran tamaño que ocupa el espacio central y acapara toda la atención, a la vez que organiza el espacio, generando las diferentes circulaciones que se estaban buscando. Renovar este hotel significó mejorarlo tanto estética como funcionalmente, a través de la creación de un espacio donde el usuario se sintiera cómodo trasladando el exterior al interior.