V VILLAS PHUKET

El estudio de Diego Gronda ha creado este espectacular hotel boutique, conectado directamente con la selva tailandesa

Un resort con 24 suites independientes donde escaparse y conectar con la naturaleza. Construido con una estructura en pabellones que se superponen a los árboles, en los que el agua es la protagonista, ayudando a suavizar las temperaturas en las épocas de más calor.

V Villas Phuket es un resort con 24 suites independientes al sur de la isla de Phuket, en Tailandia. El estudio de Diego Gronda ha buscado para este proyecto una conexión muy fuerte con la naturaleza. Los coches llegan al pabellón de acceso, y desde ahí, todos los desplazamientos se realizan con vehículos eléctricos. El objetivo del diseño ha sido ofrecer a los huéspedes del hotel la posibilidad de escaparse cuando lo necesiten y poder conectar con el entorno natural.

Pabellón del lobby

El estudio ha realizado la arquitectura de los tres edificios públicos en colaboración con OBA, de Bangkok, junto con todo el paquete de diseño del interior. Los huéspedes del hotel se registran en un pabellón independiente al aire libre engarzado en la selva y rodeado de estanques reflectantes que ayudan a suavizar la temperatura en las épocas de más calor. El pabellón se diseñó con un techo plano sobredimensionado que cubre toda la zona de llegada y resulta esencial para mantener las distintas zonas frescas y secas.

Recepción

Debajo del pabellón, se crearon cinco pabellones arquitectónicos que se superponen a los árboles. Estas estructuras albergan las instalaciones del spa compuestas por cuatro suites spa privadas, gimnasio y un espacio reservado al yoga. El pabellón central que conecta todas las estructuras presenta un techo de cristal inundado con agua cristalina que sirve para refrescar el estudio de yoga a la vez que proyecta relajantes sombras onduladas en la sala de ejercicio.

Vista del exterior

La acogida en el restaurante, en el edificio principal, comienza con un bar y un salón íntimo y apartado desde el que puede apreciarse toda la zona del comedor a través de una serie de celosías giratorias de bronce de tres metros de alto que muestran obras de arte en las que se representan la flora local de la isla. El comedor ofrece la posibilidad de sentarse en el interior o en el exterior a distintos niveles para potenciar las impresionantes vistas. El restaurante cuenta, además, con una show-kitchen en su extremo norte.

Restaurante Yon

El nivel inferior del edificio principal alberga una infinity pool de 25 metros con cabañas privadas en uno de sus lados y tumbonas dispuestas en cascada frente a un exuberante acantilado verde.

Piscina en uno de los niveles del complejo

En la azotea, un gran salón chill out ofrece distintas plataformas de madera donde disfrutar de unas vistas de 360 grados. Una barra central une la sala exterior con dos grandes tumbonas compartidas.

Chill out en la azotea

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