HOTEL CARDENAL

La contemporaneidad del Hotel Cardenal es evidente desde el momento en el que uno llega a sus puertas y contempla su innovadora fachada de surcos que hacen un guiño a los surcos de la tierra de la comarca. Al cruzar sus puertas uno se adentra en su recepción, un espacio diáfano, luminoso y minimalista con un amplio vestíbulo que da la bienvenida a los visitantes. Las combinaciones de colores ocres con reminiscencias de otoño en sillones y sofás de diseño con doble apoyacabezas destacan sobre las alfombras de gris perla y en perfecta conjunción con los cuadros expresionistas de tonos más apagados. La iluminación, los puntos de luz y lámparas y apliques empleados favorecen la obtención de estancias luminosas tanto en habitaciones como espacios comunes.
El color granate del vino fija la atención al entrar en sus habitaciones, destacando sobre el blanco de colchas y juegos de cama en una armonía cromática que aporta calidez y confort a las estancias. También se encuentran detalles en marrón que remiten a esa tierra artífice de sus bodegas y las raíces de las vides están presentes en el papel de muchas de las paredes del Hotel Cardenal.
Después de la renovación, las suites son mucho más amplias y están compuestas por una sala particular, habitación y baño; disponen de hidromasaje y una amplia terraza que permite disfrutar de las vistas del exterior. El disfrute del entorno desde la suite era uno de los retos que tenían en PF1 Interiorismo, y así consiguieron que desde cualquiera de los espacios del interior se pudiera tener acceso directo a las vistas sin tener que salir.