Cuando Omar y Asim de RightGrain, especialistas en experiencias, contactaron por primera vez a Masquespacio, estaba claro que querían algo diferente y único. Masquespacio aceptó el desafío y se centró en crear un proyecto centrado en la comunidad que elevaría la marca y la experiencia en todos los sentidos. La atracción principal del local debían ser los pasteles, presentados como joyas con sabores auténticos e innovadores. Por lo tanto, Masquespacio desarrolló un concepto basado en el agua como la base de la pastelería, un elemento mágico y vivo que puede distorsionar la realidad y cambiar el punto de vista, en línea con la filosofía de MO de pensar diferente. El espacio se dividió en tres partes que representan las diferentes fases del proceso de creación de un pastel y un café con agua como ingrediente principal. En la zona de la barra, se recreó una cascada de agua gigantesca que deja claro que la barra es el punto central del lugar. En frente de la barra, se encuentra el área de hielo y el estado gaseoso, representado por luminarias enormes y burbujas gigantes que muestran el momento en que el pastel se cocina en el horno.
El mobiliario fue diseñado a medida para el proyecto, ofreciendo diferentes formas de sentarse y diversas experiencias para el visitante, desde sillas bajas tipo lounge y mesas compartidas hasta taburetes y rincones semiprivados para parejas. Se utilizó una paleta de colores gris y blanco junto con acabados metalizados para las mesas y telas para generar reflejos que recrean la distorsión que podría ser causada por el agua. La iluminación incorpora un sistema RGB completamente controlable para poder establecer diferentes sensaciones y estados de ánimo en el espacio. Además, el espejo gigante en el techo, levantado 10 metros del suelo, representa una puerta a otro mundo, un reflejo de la realidad y un portal al surrealismo. El espacio es intercambiable y dinámico, siguiendo lo que la marca tiene por comunicar.