Por Gala Mora
Palau Fugit, un hotel que ha emergido de las cenizas de un palacio del siglo XVIII, se presenta como una joya donde la historia se fusiona con la visión contemporánea, creando un destino encantador que cautiva los sentidos desde el primer momento.
Un juego de contrastes y colores
Para el diseño interior, El Equipo Creativo se inspiró en las ‘dos Gironas’ para dar vida a Palau Fugit. Por un lado las fachadas de piedra desgastada y los callejones escondidos del propio Barri Vell, y por otro la luminosidad y los colores vibrantes que bañan las casas a lo largo del río Onyar. Por su parte, el estudio de arquitectura Isern Associats, buscó preservar al máximo la integridad de todos los elementos distintivos del edificio.
Este juego de contrastes y colores se entrelaza en cada rincón del hotel, realzado con arte contemporáneo y objetos artesanales que crean un ambiente mágico que invita a la exploración y al disfrute. La visión de El Equipo Creativo trasciende la mera renovación arquitectónica; es una narrativa visual que invoca la riqueza cultural de Girona.
Una narrativa que complementa a la perfección la reforma arquitectónica realizada por Isern Associats, y que en la adaptación para uso hotelero eliminó las modificaciones que se habían agregado al edificio con el transcurso del tiempo, normalizando y consolidando las vías de circulación.
Dos zonas bien diferenciadas
El Palau Fugit se divide a su vez también en dos zonas diferenciadas. La primera, el Palauet original, resuena con la historia a través de su patio abovedado, rebautizado como ‘La Placeta’. Este espacio se convierte en el epicentro, albergando la recepción, el restaurante y el bar de cócteles, junto con un spa oculto. La conexión entre estos elementos se logra a través de una escalera que se convierte en una suerte de travesía hacia el descubrimiento.
La segunda ala, conocida como el Pavelló, adopta una estética moderna y racional, conectada a través de una terraza que se erige como el corazón latente del hotel. En este espacio, una pequeña piscina, exuberantes helechos y la escultura central ‘Font de Garotes’ de Frederic Amat, localmente reconocido, crean un oasis sereno que actúa como un puente natural entre las dos alas.
Reimaginación contemporánea
El diseño de las habitaciones, tanto en El Palauet como en El Pavelló, son testimonios de la visión única de El Equipo Creativo. En El Palauet, la reimaginación contemporánea de la decoración suntuosa del fin de siglo busca infundir una presencia ‘femenina’. Artesanía cuidadosa en detalles, selección meticulosa de materiales y texturas, y una curaduría de obras de artistas locales crean un escenario visualmente impactante.
En contraste, en El Pavelló, la paleta toma un giro mediterráneo. Terracotas, cerámicas locales y madera dan vida a las habitaciones, realzadas por la luz natural que fluye desde el acceso al patio. Piezas de terracota hechas a mano y azulejos evocan los talleres artesanales de la Costa Brava, creando un ambiente que respira elegancia atemporal.
Las zonas comunes, cuidadas al detalle
Para las zonas comunes el estudio tampoco ha escatimado ideas. Así, Casa Heras, el restaurante del hotel, es una oda a los espacios públicos originales, adaptados a la comodidad moderna. Murales caprichosos, objetos de arte moderno y detalles de alta calidad llenan el comedor, mientras que la Biblioteca se erige como un espacio distinguido para banquetes privados.
La Placeta, diseñada para ser un tanto disruptiva, se convierte en un espacio para encuentros sociales, donde sillones de colores vivos y mesas llenas de personalidad invitan a charlas animadas. En el fondo, el Gipsy Bar ofrece un rincón para cócteles e intimidad, rodeado por vestigios de las antiguas murallas del palacio.
Al explorar Palau Fugit, la conexión entre historia y modernidad se revela en cada detalle. La sala de recepción, donde los huéspedes hacen el check-in, se convierte en el preludio de una experiencia única. Una mesa azul Klein diseñada especialmente para el espacio, coronada por una vistosa lámpara colgante dorada, establece el tono del equilibrio entre historia y modernidad que caracteriza al hotel.